¿Estás a punto de presentarte a la selectividad y no sabes cuánto hay que sacar para aprobar? ¡No te preocupes! En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber sobre la nota mínima necesaria para superar esta prueba tan importante.
¿Qué es la selectividad?
La selectividad es una prueba que se realiza al finalizar el bachillerato y que sirve para acceder a la universidad. Se trata de un examen que evalúa los conocimientos adquiridos durante la educación secundaria y que permite a los estudiantes acceder a los estudios universitarios.
¿Cuánto hay que sacar para aprobar la selectividad?
Para aprobar la selectividad es necesario obtener una nota igual o superior a 5 puntos sobre 10. Esta nota se calcula a partir de la media ponderada de las calificaciones obtenidas en los diferentes exámenes que componen la prueba.
¿Cómo se calcula la nota de selectividad?
La nota de selectividad se calcula a partir de la media ponderada de las calificaciones obtenidas en los diferentes exámenes que componen la prueba. La ponderación de cada examen depende de la carrera universitaria a la que se quiera acceder.
Por ejemplo, si una carrera universitaria tiene una ponderación del 60% para la nota de selectividad y el 40% restante corresponde a la nota media del bachillerato, la nota final se calculará de la siguiente manera:
- Se multiplica la nota de cada examen de selectividad por su ponderación.
- Se suman los resultados obtenidos en el paso anterior.
- Se multiplica la nota media del bachillerato por su ponderación.
- Se suman los resultados obtenidos en el paso anterior.
- Se divide la suma de los resultados de los pasos 2 y 4 entre 10.
¿Qué pasa si no se aprueba la selectividad?
Si no se aprueba la selectividad, se puede volver a presentar en la convocatoria siguiente. En este caso, se conservarán las calificaciones obtenidas en los exámenes que se hayan superado en la convocatoria anterior.
Conclusión
para aprobar la selectividad es necesario obtener una nota igual o superior a 5 puntos sobre 10. Esta nota se calcula a partir de la media ponderada de las calificaciones obtenidas en los diferentes exámenes que componen la prueba. Si no se aprueba, se puede volver a presentar en la convocatoria siguiente.